El corazón, tiene razones que la
L ooca un poco nada mas ~
Debés llorar todo ese dolor, llorar la tristeza, llorar las tragedias, llorarlo todo. Llorar todo el dolor, sacarlo, porque ocupa un lugar de la alegría, del amor. Cuando lloras no solo lloras el dolor, también lloras el odio, el resentimiento, la frustración, te vacías de todo eso.
Cuando lloras riegas, y tal vez algo florezca. Porque cada lágrima trae una enseñanza, cada lágrima es una parte de ti que muere, cada lagrima es algo de ti que quiere renacer.
Y una vez que lo hayas llorado todo, toda la tristeza, la soledad, comprenderás que las cosas simplemente son como son, y no por eso han de ser malas.
La vida. Dos palabras tan cortitas y con un significado tan amplio al mismo tiempo. Mucha gente se pasa la vida buscando el significado de nuestra existencia, el significado de la vida misma. Pierden eL tiempo. La vida no esta para ser cuestionada, sino para vivirla sin preguntas. ¿Con qué necesidad se empeñan en buscarle a todo un significado? si las cosas inexplicables son las más maraviLLosas.
Tenemos la capacidad de sentirnos bulnerables ante algo tan abstracto y tan inexplicable como vivir. Mejor dicho, tenemos la capacidad de querer ser bulnerables. Cuando digo que somos masoquistas en algun sentido, hablo por todos. Y pensar que nos creemos superiores a todo. Pensar que creemos tener la respuesta a todo. Qué equivocados estamos. el ser humano quiere sobresalir en todo momento, a toda costa. ¿Será que lo necesitamos?. ¿Será que tenemos la necesidad de sentirnos asi?. No sé.. . Me conformo con la realidad que veo y la realidad que vivo. No necesito ser como ellos. No quiero ser como ellos.
Hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cuando insistimos en alargarla más de lo necesario, perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas que tenemos que vivir. Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos..., no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron.
El pasado no volverá, todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello. Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón.
Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos.
No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor. Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con una determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte.
Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que el pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad. Puede parecer obvio, puede que sea dificil, pero es muy importante.
Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo. Deja de ser quien eras, y transformate en el que eres
Si hay algo en la vida que nunca se va a detener es el tiempo. Y con él se van muchas cosas. Risas, miradas, gestos, amigos, secretos, historias.. El tiempo nos deja el recuerdo de lo que fue y a veces ni eso queda, puede llevarse todo dejándonos sólo recuerdos de un recuerdo.
El tiempo se desgasta. A veces lento, y a veces creemos que se esfumó de lo rápido que se nos pasó. El futuro es incierto, vivimos de recuerdos, de pasado..El tiempo se consume, vuela.. Lo que hicimos ya no lo podemos cambiar. Nos arrepentimos de nuestro pasado y a veces volveríamos tan sólo un momento para revivir ciertas cosas.
El tiempo pasa, los segundos corren dejándonos un pasado. Esto ya es pasado. Y esto también. Y esto... De eso se trata la vida, de aprovechar cada segundo, cada instante. De disfrutar del tiempo que corre antes de que se esfume transformándonos a nosotros mismos en pasado.